Cortinas que no encogen

Cortinas que no encogen

Hoy vamos a tratar una de las cuestiones sobre las que más consultas recibimos tanto de decoradores como de confeccionistas de cortinas: el encogimiento de las telas.

Una de las principales inquietudes a la hora de elegir una tela para unas cortinas es su posible encogimiento cuando el cliente las lave. El problema puede presentarse en el momento del primer lavado y, entonces, ya es inútil cualquier explicación al cliente. Por ello, os aconsejamos tener siempre en cuenta la posible tasa de encogimiento del tejido y tomar las medidas adecuadas desde el principio.

Un tejido está construido con diferentes fibras que conforman una urdimbre y una trama. La urdimbre son los hilos que van a lo largo de la tela, creando la estructura básica de la misma. Estos hilos de urdimbre están atravesados por hilos que forman la trama. Durante su fabricación, los tejidos pasan por tensiones que causan el estiramiento de las fibras. Cuando esa fuerza es retirada, el producto se retrae por acción de la elasticidad. Todo este proceso de tensión y retracción altera las estructuras moleculares de las fibras del tejido, haciendo que los encogimientos sean comunes y fáciles de ocurrir.

Cuando la fibra se moja, al perder los aprestos que la mantenían rígida, la tensión se relaja y la fibra se hincha, dando como resultado una merma o encogimiento. El calor de las lavadoras o secadoras es otro factor clave que puede causar encogimientos en la tela.

Las telas de fibras sintéticas y los textiles mezclados tienen menos tasa de contracción, seguidos de los textiles de lino y algodón, y, por último, el mayor grado de contracción corresponde a tejidos de viscosa y rayón.

Las telas para el hogar normalmente se pre-encogen. No obstante, es importante señalar que el tratamiento de pre-encogimiento no implica que la lasa de encogimiento desaparezca. Para las telas de decoración se considera normal una tasa de encogimiento en urdimbre y trama entre el 3 y 4%, llegando a un 5% en tejidos de algodón.

Nuestras recomendaciones para evitar quebraderos de cabeza con posibles incidencias de encogimiento son las siguientes:

  1. Mirar detenidamente la tasa de encogimiento de la tela en la ficha técnica del producto facilitada por el fabricante en el muestrario del tejido así como las instrucciones de lavado y mantenimiento.
  2. Tener en cuenta ese posible encogimiento a la hora de medir y confeccionar las cortinas, sobre todo en el alto de las mismas.
  3. En caso de telas con altos porcentajes de lino o algodón, pre-lavar el tejido antes de confeccionar las cortinas. Lo ideal es pre-lavar  y planchar el tejido en las mismas condiciones que lo hará posteriormente el cliente. De esta manera, nos aseguramos de que el tejido ya ha experimentado el encogimiento correspondiente al primer lavado.
  4. Informar cuidadosamente al cliente de la composición de la tela de sus cortinas, así como de las instrucciones de lavado de las mismas. De esta forma, nos evitaremos muchos disgustos por el mantenimiento inadecuado de los textiles.
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